La Utopía Renacentista.
El renacimiento surgió como una reforma a las artes, como un nuevo
comienzo, queriendo borrar evidencia del paso Gótico o barbárico. Surgiendo en
Florencia, Italia, volviendo a los principios del arte griego, a la exaltación
del ser humano sin separarlo de la figura de dios, si no exaltándolo aún más.
El artista renacentista buscó revolucionar el arte medieval, mezclándolo con la
figura natural, trayendo de nuevo el arte al pueblo, y no solo al clero ni a la
familia real. Éste período se extendió por toda Europa, desde Italia —su lugar
de origen— hasta Portugal, Escandinavia, Francia y Rusia.
No fue un fenómeno unitario. Comenzó en Italia
se dice que por el año 1440 y se extendió hasta Alemania, mas este fenómeno no
fue unitario, hubo variaciones en las épocas en las que llegó a cada región. Llegando
a Francia para los años 1490, y en los países bajos para el 1500, esto originó
la época denominada como Renacimiento Tardío. Consistía en la mezcla del arte propio
de la región, usualmente gótico o medieval con esta corriente que buscaba
resaltar la belleza y traer de vuelta al hombre como figura principal.
Como características del renacimiento, se puede
comentar que el apetito por el
conocimiento fue la principal búsqueda, junto con la alegría de la vida, la
confianza en el hombre, el buscar nuevas formas de vida, no solo entregando el
poder a la Iglesia.
La utopía del renacimiento era alcanzar la
perfección, en el arte, en las ciudades, en las personas. Teniendo ideas muy
avanzadas para la época, que se lograron llevar a cabo no sin dificultad.
«Será
en esta época cuando deje de considerarse exclusivamente la arquitectura del
edificio para tener en cuenta la conformación del espacio urbano. Se establecen
normativas para regular las fachadas de las plazas. Los foros romanos serán
objeto de estudio de los urbanistas, que las tomarán como referencia en
proporciones y dimensiones».
—Fuente
desconocida.
Las ciudades eran pensadas para ser fortalezas militares, en forma radial,
tanto de estrella como octagonal, que estaban en torno a una iglesia o un
palacio. A medida que pasaron los años, se cambió el edificio central por una
plaza, dejando que esta sea el punto de encuentro. Las ciudades se dividirían
en barrios trabajadores, que variaban según la clase social de las personas que
lo habitaban. La idea en este movimiento, era permitir que los ciudadanos
tuvieran acceso a las artes, a la ilustración, por lo cual las esculturas, las
pinturas no solo fueron para el clero y los reyes, sino que celebraban la vida
cotidiana.
Las calles también serán objeto del proyecto,
surgirán ordenanzas reguladoras para fachadas. Un ejemplo de calle renacentista
es la Vía Giulia, construida por Bramante en 1506, se hizo completamente recta
para canalizar las peregrinaciones a San Pedro del Vaticano.
Pero este urbanismo renacentista sería dejado de
lado cuando la necesidad de crear ciudades militares ideales, teniendo que ser
para la defensa de la ciudad más que para el disfrute, con grandes murallas, fosos,
y en el centro el palacio, estas ciudades se proyectan desde el interior al
exterior, siendo muchas veces más importante la muralla que la misma ciudad.
«… la arquitectura del
Renacimiento lleva a cabo su ideal de proporción y regularidad en algunos
edificios aislados pero no es capaz de fundar o transformar una ciudad. Los
literarios y los pintores describen y pintan la nueva ciudad que no puede
construirse, permaneciendo como un objetivo teórico, como la Ciudad Ideal…».
— Diseño de la ciudad,
Benévolo.
En
la busca de la belleza, el movimiento renacentista no solo cambió las artes,
sino que fue un cambio a la manera de pensar y actuar de las personas. Dejando de
lado el oscurantismo Gótico, y volviendo a tomar los valores Greco-romanos, adaptándolos
a una era cristiana, en la cual se adoraba a un solo dios.
Entre
los factores que favorecieron al renacimiento, se puede destacar la emigración
de los sabios bizantinos, la creación de la imprenta, la acción de los mecenas
que se caracterizaba por dar protección política a artistas, conservar las
obras de éstos protegidas y sus ansias por el saber.
«Considerar vuestro
origen. No fuisteis formados para vivir como brutos, sino para seguir la virtud
y el conocimiento».
—Dante Alighieri, La
divina Comedia.
Eileen Coronado
26.000.876
Eileen Coronado
26.000.876
Saludos Eileen, buen trabajo, para el próximo pule algunos detalles de acentos y mayúsculas.
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