Urbanismo Renacentista
Bachiller: Norelis Chirinos
C.I: 2547818
El renacimiento como bien lo dice
de renacer, fue un periodo que no solo abarco la parte artística, sino también
la parte cultural, social y mental de Europa; donde ya estaba finalizando la
era medieval e iniciando la era moderna, la cual venia llena de nuevos
conocimientos filosóficos, políticos y de ciencias. Este movimiento ayudo a que
el hombre viera el mundo de una manera diferente y no como ya se le había
enseñado de forma rígida, esto tuvo mucha influencia por el gran descubrimiento
de nuevas tierras, el hombre ya no solo se veía como el centro del universo,
sino como parte de él.
Surgiendo en la provincia de
Florencia, esta se esparció por toda Europa y fue llevada a américa. El termino
renacimiento se utilizó como una forma de volver a la cultura griega y romana.
El surgimiento de este movimiento
se viene dado por la necesidad de una planeación de una estructura urbana que
pueda cubrir con los requerimientos de la población, desde ese momento se
empezó a buscar mejores maneras de aprovechar el espacio urbano mediante la
construcción de plazas y calles que hacen destacar las edificaciones más
importantes que son las torres, palacios, iglesias, etc. Las plazas que hacían
que las edificaciones que la rodeaban tomaran protagonismo, su fachada unitaria
y porticada, con su pavimento con diseño, todo esto con el objetivo de no solo
acentuar el edificio importante, sino de crear un paisaje urbano en armonía con
la ciudad. Las calles que se iban diseñando también tenían un propósito, las
cuales marcaban el paisaje de la ciudad.
A medida que se van expandiendo
las ciudades, la técnica se modifica con la utilización de calles en cruz,
complementadas con una plaza central cuadrada y dos grandes ejes.
Clasificando las ciudades según
su planta vemos las ciudades fortaleza, que son estructuras de poder militar;
puertos, llamadas así a las ciudades portuarias de gran dimensión; ciudades
residenciales y ciudades de religión, nacidas con el protestantismo para
protegerse de los movimientos católicos en Alemania.
A pesar de que en ese entonces se
iban desarrollando con más poder las ciudades perfectas (utopía) las que se
terminaron materializando fueron las ciudades ideales, fueron ciudades
defensivas ideales, contrarias a las utopías, siendo llevadas a cabo por
ingenieros militares que se basaron en las defensas de la ciudad, centrándose
más que todo en la muralla que será de mayor magnitud que la misma ciudad.
Si nos vamos a roma con la
llegada del renacimiento se creó un tramo de grandes rectas que conectaban
todas las grandes estructuras uniéndolas con calles de enormes dimensiones,
organizando así el tejido urbano.
Esta época de gran importancia
debido al cambio drástico en las costumbres de la gente, donde el hombre se
consideraba el centro del universo, sufrió de grandes transformaciones en sus
ciudades y se percibió mas que todo en las ciudades italianas. El renacimiento
tiene una forma muy llamativa, con sus palacios y plazas, es una época de
guerra y es por eso que los trazos son rectos. El cambio de ideas hace a los
arquitectos imaginarse ciudades ideales, que satisfacen el tipo de vida nueva
para los habitantes renacentistas.
Este movimiento tiene formas
ostentosas de vida que crea grandes cambios en el aspecto urbano que seguirán
influyendo en siglos siguientes, al mismo tiempo el arte de la guerra se iba
desarrollando y por esto se debían construir trazos rectos por el uso de
ballestas y armas de fuego. Aumentando el número de hombres libres con derecho
a estudiar y trabajar se desarrollaron ideas para solucionar este nuevo estilo
de vida. El estilo monumental era característico ya que las grandes familias
buscaban exaltar la opulencia de sus grandes palacios. Sin embargo, esta
multiplicación de espacios abiertos es benéfica para la ciudad, como lo son los
grandes espacios arbolados, aunque privados, darán a estas ciudades aspectos
ajardinados si bien alejan o extienden las circulaciones.
Por otro lado, se buscará la
calle recta originalmente para defensa, después con anchos hasta excesivos,
servirán para los desfiles y carnavales, quedando como paseos y a sus lados los
grandes palacios, sirviendo de marco perspectivo a los fondos del paseo,
ocupados por el palacio principal, la catedral o el monumento.
Etapas
El Renacimiento surge en Italia
en el siglo XV de la mano del Humanismo, mientras que en el resto de Europa
perdura el gótico tardío medieval. Distinguimos dos etapas dentro del
Renacimiento italiano, la primera, en el siglo XV, denominada Quattrocento, y
el Cinquecento, en el siglo XVI.
Por Europa se difunde en el siglo
XVI, y aunque seguirá los modelos del Renacimiento italiano, al salir fuera de
Italia, sufre las influencias de las distintas regiones, por lo que en cada
país tendrá personalidades distintas.
En Francia, por ejemplo, se
difunde rápidamente gracias a la actitud del monarca Francisco I. Pueden
distinguirse dos periodos: uno en el que perduran las estructuras góticas con
ornamentación renacentista y otro, en el que se dejan las estructuras
medievales y se pasa a las romanas del renacimiento.
En España se desarrolla en tres
fases. El Plateresco, caracterizado por una abundante ornamentación muy
minuciosa de influencia florentina y lombarda. El periodo greco - romano,
durante el reinado de Carlos I, que da mayor relevancia a lo arquitectónico, a
las estructuras y elementos constructivos empleados en Grecia y Roma. Y el
periodo Herreriano, que se centra en la estructura y deja de lado todo tipo
ornamentación.
La irrupción de los españoles al
continente americano a finales del siglo XV trajo consigo las iniciales expresiones
arquitectónicas de influencia europea que, aunque en un principio contenían
elementos del gótico tardío, pronto adquirieron aspectos tradicionales del
renacimiento español y más específicamente del plateresco. El primer monumento
de este estilo que se conserva en América Latina es la catedral de Santo
Domingo. Fundada en 1523, destaca por el delicado trabajo de su portada obra
del arquitecto Rodrigo Gil de Liendo. Igualmente, en Santo Domingo se encuentra
la iglesia del hospital de San Nicolás de Bari. En América consiguieron gran
desarrollo tres tipologías arquitectónicas que habían tenido nula aplicación en
el Viejo Mundo: el templo-fortaleza, la capilla abierta y las ‘posas’, una
especie de pequeñas capillas situadas en las esquinas de los atrios abiertos.
La primera tiene su principio en la España medieval y es de carácter defensivo.
Uno de los ejemplos más característicos de este tipo de edificios es el
convento de Yanhuitlán, en Oaxaca, México, que conserva, por razones
funcionales, la estructura masiva y vertical de las construcciones defensivas
medievales. La capilla abierta tuvo gran aceptación en México por razones de
culto, ya que posibilitaba oficiar la misa en un amplio espacio abierto al que
tenía acceso la gran masa de nuevos catecúmenos. En la segunda mitad del siglo
XVI se comienzan a cimentar grandes catedrales en Latinoamérica. La austeridad
compositiva de la catedral de Jaén, en España, proyectada por el arquitecto
Andrés de Vandelvira, sirve de modelo a un buen número de templos del Nuevo
Mundo, especialmente a aquellos diseñados por Francisco Becerra. La llamada
‘estructura salón’, desarrollada por Vandelvira, se preserva en las catedrales
peruanas de Lima y Cuzco, proyectadas ambas por Becerra. La disposición en tres
naves, el crucero sin brazos y la ausencia de ábside, girola y cúpula,
suministran al exterior un volumen cúbico casi perfecto. En México destacan de
manera especial dos catedrales, la de Puebla, igualmente de Becerra, y la de la
ciudad de México, cuyas trazas pertenecen a Claudio de Arciniega. En Colombia
se observa la influencia del español Juan de Herrera en los remates en bola de
las pirámides superiores de la portada de la catedral de Tunja. Por último, en
Quito, Ecuador, se encuentra la catedral de San Francisco, quizá uno de los
ejemplos más bellos de manierismo en América. En el terreno de la escultura
consiguieron especial fama, por el refinamiento y la calidad técnica de sus
obras, Juan de Aguirre y Quirio Cataño. La pintura, por el contrario, estuvo
durante este periodo más supeditada a la herencia europea. El iniciador de la
tradición de la pintura de caballete en América fue el flamenco Simón Pereyns
durante el segundo tercio del siglo XVI. Pero, la manifestación artística más
genuina de este periodo fue la pintura al fresco. Algunos de los ejemplos más
destacados de esta técnica se hallan en los conventos de Actopan (Hidalgo),
Huejotzingo (Puebla) y San Agustín de Acolman (estado de México). En Quito se
desarrolló por propuesta de la orden de San Francisco la primera escuela
dedicada a la educación de las artes decorativas, cuyo destacado representante
fue fray Pedro Bedón, autor de la escuela quiteña
Conclusión
El Renacimiento se caracteriza
por el rechazo de muchos de los principios del conocimiento medieval y por la
admiración de antigüedad grecorromana. Pretende recuperar el saber clásico, en
el que busca una nueva escala de valores para el individuo. Frente a la
sociedad medieval, en la que todo giraba en torno a la idea de Dios, durante el
Renacimiento, el hombre pasa a ser el centro del universo. Emplea la razón como
fuente del conocimiento y busca la verdad a través de la reflexión personal y
de la investigación.
Los rasgos esenciales son el
redescubrimiento de la cultura clásica griega y romana, el Humanismo y el
antropocentrismo. El arte renacentista girará en torno al ser humano, pero eso
no significa que deje de ser religioso, sino que además de la Iglesia,
aparecerán nuevos mecenas como, por ejemplo, los ricos comerciantes o la
monarquía.
Gracias al nuevo mecenazgo, el
arte deja de desempeñar exclusivamente funciones religiosas y aparecen nuevos
géneros y temas como los retratos, el desnudo, el paisaje o los cuadros
mitológicos. Y además de iglesias, también se construyen palacios,
ayuntamientos, universidades, etc.
El artista, que durante la Edad
media era considerado como un artesano, empieza a ser valorado por su dimensión
intelectual y sale del anonimato. Ya no se valora el arte sólo por su utilidad,
sino que se busca en él la belleza. Las obras de arte dejan de ser objetos que
tienen que cumplir necesariamente una función y pasan a ser considerados
objetos autónomos. Esta nueva concepción promoverá el coleccionismo.
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