La vuelta a los ideales y valores de la antigüedad clásica es
la definición que caracteriza al renacimiento. Cobra vida en el urbanismo de la
época que trata de ordenar y entender el desarrollo de la ciudad desde
criterios racionales y matemáticos. Las ciudades que se crean son proyectos
casi utópicos, todos inspirados en los ideales urbanísticos griegos y romanos.
Siguiendo este esquema, los pensadores de la época diseñan sus ciudades
ideales. León Batista Alberti en su tratado De re aedificatoria dedica un volumen entero al desarrollo, el Libro X: la ciudad ideal. En Alberti
destacó el uso de los órdenes clásicos en las diversas fachadas de los
edificios, distinguiendo de esta manera las plantas de los mismos. Se mostró
constantemente interesado por la búsqueda de reglas capaces de orientar el
trabajo de los artistas, muestra de esto es su obra De pictura donde proporciona la primera definición de la
perspectiva científica, por esto Alberti ejercerá una gran influencia en la
pintura La ciudad ideal.

Estudio de las paralelas en la pintura.
La
Ciudad Ideal, es un cuadro de tempera en madera de autor desconocido que data
de 1480-1490. En el cuadro resalta un edificio circular en el centro, religioso
por su cruz en la cima, con columnas corintias adosadas a la pared, el segundo
piso se adorna con columnas del mismo orden a menor escala, con ventanitas
cuadradas y una central más grande de
estilo clásico con frontón triangular, bajo esta, en el primer piso se sitúa la
puerta del edificio, donde convergen las paralelas de la perspectiva, las
paredes en mármol blanco y verde dibujan rectángulos regulares. El edificio
circular se sitúa en el centro de una plaza que está pavimentada con mármol
blanco y celeste con una decoración a base de rectángulos.
Por la época de la creación
de la obra, en Urbino, donde aún se conserva, coincidieron tres figuras
importantes del renacimiento, los arquitectos y tratadistas León Batista
Alberti, Luciano Laurana y Piero della Francesca, estos tres son los candidaros
a la autoria de la pieza, junto a Giuliano da
Sangallo o su escuela. Se ha hablado incluso de
Francesco di Girogio Martini, Botticelli, o Melozzo da Forlì. La
obra tiene influencias de todos ellos y por esto se les atribuye su autoría,
particularmente a Piero della Francesca, quien fue un pintor, destacado
matemático y tratadista, escribió dos obras donde desarrolló las reglas de la
representación artística, De prospectiva
pingendi, que trata sobre los procedimientos prácticos de la perspectiva y De quinque corporibus regularibus, donde identifica la pintura con la perspectiva
llevando la infinita variedad de las formas naturales a la medida y regularidad
de las formas geométricas. Sus pinturas se convierten en experimentos y en el
medio para la investigación del espacio en términos científicos.
Entonces,
¿Quién es el autor de la obra?, los estudiosos llegan a la conclusión de que en
su ejecución intervino Piero della Francesca, o al menos varios integrantes de
su escuela. Podemos
estar claros que con autor o sin él, la obra se convirtió en un prototipo para
comprender y plasmar la perspectiva. Es un referente tanto para la arquitectura
como para la pintura, no solo es el resultado de estudios geométricos, también
es el resultado de siglos de planificación urbana para que el orden de las
ciudades deje de ser espontaneo y pase a ser muy meditado.
Buena lectura Andrea,
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