GRAMMICHELE: EL HEXÁGONO QUE DA FORMA A UNA CIUDAD IDEAL
Quién hubiera pensado
que de un sismo nacería el planeamiento de una ciudad ideal. Esta hazaña ha
sido el pensamiento y la meta de muchos hombres a lo largo de la historia.
Además de ser una visión de futuro para todos aquellos estudiantes de
ingeniería y arquitectura en todo el mundo. Debido a la búsqueda de la perfección,
el buen uso de la proporción y de los recorridos, lograr un ciudad ideal no ha
sido sencillo, sin embargo, Grammichele, construida a partir del 18 de abril
1693 tras un terremoto ocurrido ese mismo año, nos demuestra el planeamiento,
urbano, arquitectónico, político y social de todo un siglo.
La visión de una ciudad ideal
surge a raíz de la necesidad de ofrecer una ciudad que reuniera las características
para el desarrollo del hombre, tomando en consideración su bienestar físico y
social. Sin embargo el tema de una ciudad ideal no ha sido considerado a lo
largo de la historia de la arquitectura. De pensar que había quedado solo cómo
el vestigio de Aristóteles y Platón en la idea de formar una ciudad perfecta. En
la antigüedad se creía que la ciudad ideal era aquella que creaban los dioses
para que fueran habitadas por los hombres y mujeres. Así como el argumento que
establecía la elección del territorio y la ubicación de sus muros, por parte de
los sabios de la época quienes eran los designados para tomar estas decisiones.
Tenían una concepción muy bien equilibrada sobre la sanidad, defensa y respeto
a la idea de la divinidad, para que luego estas ideas fueran tomando forma
hacia un contexto social y económico. Desde ese momento la ciudad pasa a ser el
símbolo de la creación humana, para que esta fuera la representativa de su
identidad y de su cultura.
«Un perfecto y absoluto
conjunto o comunión de muchos pueblos o calles en una unidad».
-Aristóteles
Entrada a la Edad Media
nos encontramos con el decaimiento de la ciudad clásica y se emprenden en la búsqueda
de una nueva formación un tanto utópica de la ciudad ideal; no es hasta la
llegada del renacimiento cuando surge la composición de estas ciudades, bajo el
concepto de Citta ideale. Posterio
Para mediados de 1693 surge
Grammichele, fue construida por los refugiados de Occhiola, que habían
sobrevivido a la catástrofe natural de Sicilia. Sin saberlo estos hombres
estaban construyendo lo que actualmente se convertiría en un referente majestuoso
y perfectamente estudiado, como una ciudad ideal. Está ubicada en la provincia de
Catania-Sicilia, y actualmente posee 15.000 habitantes.
Lo que la hace tan
única, es su peculiar forma concéntrica de perímetro hexagonal, Grammichele, es
una de los modelos racionalista de la arquitectura en Italia. La plaza central, hexagonal, tiene 8.164,8
metros cuadrados, donde se encuentra el ayuntamiento y la iglesia. De este
centro parten seis calles que conforman las caras del hexágono. Esta acción ocasiona
que la ciudad se encuentre segmentada en partes iguales.
Dato curioso: una de
estas caras se le fue otorgada al fundador, el Principe Carlos María Carafa, ya
que él estaba apasionado a las matemáticas y la astronomía; para que en ella construyera
sus palacios.
El desempeño del príncipe,
y el buen uso de la geometría muestran la planta hexagonal de la nueva ciudad
tras el terremoto. Se convierte
exclusivamente en el ejemplo de la arquitectura sensata en Italia juntos con la
valentía de Palmanova. El perímetro también se constituye por un hexágono para que
así el centro adquiera más carácter y proporciona ángulos más amplios.
Desde el centro se
trazan tres líneas que conectan la ciudad de extremo a extremo, las cuales
pasan en la mitad de cada cara del hexágono generando la división interna de la
ciudad. La cual converge en una plaza abierta y remata en un hexágono el doble
de grande que el central. En su totalidad, esta ciudad posee 30km2 de terreno y
una densidad poblacional de 430,27hab/m2.
La visión de Grammichele,
nos plantea como una ciudad puede abordarse desde todos su puntos, dándonos una
perspectiva desde el centro de la misma a cada cara que la conforma. Por hoy,
esta ciudad no se ha quedado en la proeza de la edad media, sino que se ha
convertido en un hito, gracias a su buen planeamiento, generando turismo,
calidad social y económica a todo aquel que en ella habita.
Sin duda alguna, la
geometría y la proporción están muy presentes en la naturaleza, y el hexágono
no fue la excepción al estar presente en ella y en las construcciones humanas.
Esta y otras características hacen de Grammichele una ciudad ideal.
Buen análisis y estructura,
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