LA CIUDAD MAESTRA
¿Qué es un maestro? Si le
preguntamos eso a cualquier persona lo más probable es que te responda algo como
“es quien nos enseña”, y así es realmente. Siempre relacionamos la palabra
maestro con “aquel que enseña o de quien aprendemos”, ésto, en caso de ser un
individuo, pero si de lo que aprendemos no es una persona ¿le podríamos
adjuntar dicho título?
Demos
un vistazo al pasado y vayamos a la época del renacimiento, una época que
implica una vuelta a los ideales y valores de la antigüedad clásica, a la que
se considera paradigma de la de la perfección y del buen hacer artístico. Estos
valores son una novedad en el s. XV, pero no tanto, pues desde el s. XIV el
humanismo se fue abriendo camino aunque sin relegar a Dios del centro
indiscutible del universo. La cultura que se va difundiendo en esta época
supone entre otras cosas, desplazar a Dios a un segundo plano pero sin
desecharlo, pues no se trata de recuperar el paganismo antiguo sino de
reinterpretar el legado clásico desde una perspectiva cristiana y humanística.
Es en este nuevo contexto donde el urbanismo (disciplina
que trata de ordenar y entender desarrollos de ciudades desde criterios
racionales) cobra interés. Las ciudades medievales habían sido organismos que
se habían desarrollado sin un plan previo, de forma irregular y caótica. Los
grandes hitos arquitectónicos, como los palacios o catedrales, sobresalían en
la trama urbana, pero no organizaban su desarrollo más allá de algunos espacios
abiertos (las plazas) a cuyo alrededor se apiñaban las demás construcciones. Se
toman algunos aspectos de los ideales urbanísticos que habían inspirado los
modelos griegos y romanos. Se vuelve, o se intenta aplicar el racionalismo y su
expresión geométrica en los nuevos modelos de ciudad que se crean o se
inauguran, pues apenas se construyen ciudades nuevas, se tratan más bien de proyectos
ideales, casi utópicos.
El gran referente será el arquitecto Vitrubio, quien en
su concepción de la ciudad ideal, agrega una nueva dimensión a la arquitectura
que corresponde a las condiciones meteorológicas en el cual se emplaza la
ciudad. Esta debe desprenderse de los vientos predominantes, e identificó
cuatro vientos los cuales definió como:
- Solano al Oriente
- Auster al Sur
- Favonius al Poniente
- Septentrio al Norte
A
partir de estas observaciones hechas por Vitrubio de la “ciudad ideal” es que
los arquitectos de la época trazan las ciudades ideales del renacimiento.
Antonio Averlino “II Filarete”, escribió la obra Trattato D’Architettura alrededor de 1465, durante el
Quatrocentto, en ella presenta la ciudad ideal de Sforzinda, la primera ciudad
globalmente planificada.
Comenzando
por la planta, esta ciudad combina las dos formas perfectas del círculo y el
cuadrado, en donde se crea una planta estrellada fruto de la rotación de dos
cuadrados en un giro en ángulo recto, alrededor de la misma, un foso circular
en el que se inscribe la figura estrellada de ocho puntas, que se muestra como
modelo de ciudad fortificada, situando en sus ángulos agudos torres o bastiones
y en los ángulos obtusos las ocho puertas que eran la salida de avenidas
radiales, cada una de las cuales pasaba por una plaza de mercado dedicadas a
distintos géneros, otras calles radiales tenían las iglesias y los conventos; las
leproserías y los edificios que desprendían olores se situaban en la zona por
donde sale el aire de la ciudad y cada barrio se dedicaba a una cosa distinta.
Así
también, un sistema de canales conectados con el río y el mundo exterior,
proporcionaba transporte para las mercancías. En el centro de Sforzinda estaban
ubicados los principales edificios como lo son la catedral, el palacio del
príncipe, la casa de la moneda, el palacio de justicia, la cárcel, la aduana, y
en el centro de todo, el palacio comunal, centralizando los poderes religioso y
político. Alrededor se encontrarían otras plazas comerciantes rodeadas de
pórticos de columnas y se destacaba la presencia del teatro, la casa del vicio
y la virtud siendo un edificio exento circular.
De
esta manera, todas estas características conforman a Sforzinda, una ciudad
lamentablemente nunca construida, pero que inspiró a muchas otras para su
diseño, un diseño que fue evolucionando con el paso de los años , adaptándose a
las diferentes necesidades de cada época y cada región. Una ciudad que con su
diseño útil, firme y bello, sirvió como base para el urbanismo de las ciudades
de hoy en día (o al menos las que fueron planificadas).
Alguna
vez hemos oído ese dicho que reza que “el alumno supera al maestro”, y en lo
que respecta a esta ciudad hay muchas ciudades que en la actualidad la superan
con creces, pero el haber sido la primera fue lo que permitió corregir e
innovar dando los frutos que tenemos hoy día. Y es por ello, que si un maestro
nos enseña, y es de quien aprendemos, entonces Sforzinda ha cumplido su
propósito como la ciudad maestra.
Buen trabajo Ana, a mejorar en diagramación el uso de la tipografía, investiga sobre su aplicación, sus tamaños y valoraciones hacen la diferencia.
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