INFLUENCIA DEL BARROCO Y ROCOCÓ EN AMÉRICA


           



              El Barroco fue un período de la historia que se manifestó principalmente en Europa occidental, y que posteriormente, debido al colonialismo, entre los siglos XVII y XVIII llegó a América Latina por medio de la llegada de los españoles, implementándola como una corriente nueva. Desde un principio este territorio americano fue pactado como años de masiva evangelización, por lo que predominaba la abundancia de iglesias como principal orden de prioridad, y el florecimiento de esculturas y pinturas de carácter religioso. La característica particular del barroco que lo identifica, es el uso exagerado de adornos como en el caso de la arquitectura en las catedrales de El Salvador.

Al culminar este estilo, nació el Rococó como una inquietud social de modos y costumbres que se rebelaron contra la influencia del periodo anterior. Fue un arte mundano, galante, alegre, sensual y de cierta manera refinada, pero esta vez sin influencias religiosas y alejado de la espiritualidad marcada en el Barroco. Destaca mucho los ambientes brillantes y pictóricos en los interiores de los edificios en contraste con las fachadas de los mismos, diseñados con relieves más simples y lisos. Más adelante, el arte Rococó pierde su esencia en América, porque si bien es cierto, nace de la necesidad de embellecer y sublimar los procesos vitales, estos degradan de ser una belleza pictórica a ser una banalidad ostentosa utilizada por los nobles y el clero en un claro poder de posesión y lujo. Esto, desde luego, es rechazado por las sociedades nativas que consumen o producen en poca medida este estilo.



-Juan Arellán & Marelyns Cedeño-

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