La Ciudad fronteriza nacida de la guerra”


Plano Planta de Philippeville, Arq. Van Noyen.
    El bienestar físico y las necesidades sociales son lo que movilizan  hoy en día el desarrollo de una ciudad, en la antigüedad no era distinto, siguiendo los consejos sabios renacentistas surge la idea de crear “La Ciudad Ideal” un lugar que reuniera  las características adecuadas desde el punto de vista social, económico y sobre todo militar,  para asegurar el desarrollo del hombre, convirtiendo entonces la ciudad en un símbolo de la creación de este, dejando así una cultura definida por los ciudadanos, las propuestas de desarrollo urbanístico no se hicieron esperar, todas siguiendo estos ideales.

 […] haremos la distribución de su superficie, plazas y callejuelas (del interior de las murallas) en dirección hacia los cuatro puntos cardinales, […] en el supuesto de que los vientos no afecten de modo perjudicial”.
Vitruvio.
(Capítulo 6, Libro I- sobre el papel del arquitecto y la arquitectura).

    Philippeville,  la fortaleza de estética y belleza imprescindible  es una de las diversas respuestas urbanísticas  relacionada a la creación de la ciudad ideal pues su diseño y construcción  estuvo basada en el pensamiento y estilo renacentista del arquitecto de origen romano; Marco Lucio Vitruvio, con respecto a la orientación para el aprovechamiento de los 8 vientos dominantes.

    La ciudad es obra del arquitecto militar de origen holandés; Sebastián Van Noyen el cual sigue el ejemplo de Vitruvio, diseñando una planta poligonal con cinco baluartes y un complejo de calles en función a un desarrollo radiocéntrico, delimitado por murallas, que en  el siglo XVII se duplicaron integrando al diseño contraguardias y medias lunas proyectadas, todo esto pensado en función de protegerse de futuros ataques enemigos. 

    Ubicada en Namur, es conocida también como Valón, el Municipio localizado en la Provincia de Belga, limitada a comienzos del siglo XVI  por Francia y los Países Bajos Borgoñones, es una ciudad que surge justo después de que Enrique II tomara el trono en sucesión a su padre, por la necesidad de contar con un lugar que sirviera para resguardar a las tropas que en ese entonces estaban bajo el mando  de francisco I y  el comandante Carlos V “Guillermo el Silencioso” respectivamente, se convierte en una fortaleza nombrada como ahora es conocida en honor a Felipe II de España, hijo del mencionado comandante, promotor junto a Francisco I de los diversos saqueos y toma de provincias en ese tiempo.

    El situarse entre Francia y Borgoña, dio pie a una  significaba lucha entre Francisco I y Carlos V, esto en 1554 cuando Enrique II asume el trono, pues se consideraba que era el lugar idónea para efectuar un ataque ya contaba con numerosas hectáreas de terreno llenos de bosques habitadas por una población mínima lo que en gran parte origino los saqueos, por los cuales  principalmente se vieron afectados las fortalezas medievales, una a una fueron tomadas, también los franceses se vieron perjudicados con la caída de algunas ciudades. Ejemplo de ello la Fortaleza de Mariembourg y la ciudad de Givet. Después de los innumerables saqueos y tomas de provincias, en 1555 los españoles, iniciaron la construcción de esta fortaleza, en un pueblo conocido  desde el siglo IX como Echerennes, allí permanecieron las tropas durante su levantamiento, el cual finalizo en el año 1659 apenas cuatro meses después de haber comenzado, todo esto ocurre bajo las órdenes del  comandante Carlos V.    
    
    Los  tratados fueran el medio característico para definir el desarrollo y distribución  de esta ciudad, uno de los primeros logros fue: El cierre del ciclo de guerras, alcanzado con el Tratado de los Pirineos en 1659, el mismo ocasionó que la provincia francesa aumentara sus metraje convirtiendo muchas ciudades fronterizas en parte de ella. Sin embargo, el tratado más significativo aplicado en ese tiempo mucho después del primero, es conocido como el Tratado de Londres que  fue categóricamente rechazado por los Países Bajos, pero remato en la aparición  del Reino de Bélgica creado por dicho tratado en 1839, que reconoció la independencia de Bélgica, y produjo el derrumbe de las fortificaciones de la ciudad pues era uno de los requisitos del tratado, que finalmente se cumplió cuando los baluartes y murallas fueron demolidos, bajo el mandato del Rey Leonardo I, esto dio origen a lo que hoy vemos en la ciudad como los amplios  bulevares donde un día en años pasados se ubicaban los muros defensivos.

    Actualmente cuenta con más de 9,239 mil habitantes dispersos en un total de 59 mil km², esto según el censo: Población por Municipio, realizado el 1 de enero de 2017, fue un proceso de desarrollo urbanístico, pensado en responder a las necesidades de la época, que evoluciono periódicamente con el pasar de los años según las especificaciones de los Tratados establecidos.

    Es así como Philippeville una ciudad que nace de la guerra, cerrada a los enemigos hoy en día se abre  al mundo,  pues se convierte en un centro de integración, que a pesar de haber sido creada por razones militares en un principio, gracias a la belleza estética  con la cual fue diseñada la convierten potencialmente en un sitio lleno de historia; cada calle, edificio y cimientos dejados por aquel muro que sirvió de protección por años; dejan sentir la monumentalidad de una ciudad vivida ahora desde la perspectiva de la contemplación  de esos espacios que con el pasar del tiempo fueron modificados sin perder la esencia renacentista, las plazas y calles siguen cumpliendo la misma función con la que fueron pensadas, el reunir a una población en los puntos más importantes.

    Con respecto a lo anteriormente expuesto, resalta la importancia que tiene responder a las necesidades de una ciudad a través de la distribución de sus usos,   tomando en cuenta las variables ambientales y contextuales sin perder la esencia del proyecto.

Vanessa Marcano.

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